Resulta imposible establecer en qué momento exacto apareció el piercing en la historia de la
humanidad, aunque lo cierto es que su origen es tan antiguo como la misma piel. Por una gran
variedad de motivos es un arte antiguo y venerable que en las últimas décadas parece haber
emergido de nuevo.
Razones antiguas
Es motivo de orgullo para algunos árabes el día que llegan a la edad adulta. Todos los miembros de sexo masculino de la comunidad, amigos y familiares, le preparan una gran fiesta a modo de "rito de paso" y uno de los regalos que le van a hacer será un pendiente, concretamente un aro que se le colocará al joven durante la ceremonia, en el lado izquierdo del escroto, entre los testículos y la base del pene. Existe la creencia de que así los testículos no podrán volver a subir al sitio de dónde descendieron durante la infancia. El hafada, que así es cómo se llama este piercing, da evidencia de que el joven es a partir de ahora y para siempre un hombre. Algunos árabes ricos ponen eventualmente en su hafada pendientes con piedras preciosas siendo la más preciada, por lo menos en la zona del Golfo Pérsico, la perla Kuwaití. Algunos legionarios franceses volvieron del Norte de África con estos adornos en sus genitales, normalmente en el lado izquierdo aunque algunos en ambos.
El la actualidad los jóvenes lo hacen por muchas razones:
-moda
-rasgos étnicos
-razones familiares
-presión de grupo
-etc.
Conclusiones
En esta época no es recomendable oponerse directamente a la realización de una experiencia
ofensiva como es la implantación de un cuerpo extraño en el organismo cuando un paciente expresa tal determinación. La gran aceptación social del piercing requiere un enfoque más bien orientador, lo que puede hacerse mediante la explicación razonada de las distintas complicaciones y medidas a tomar para evitarlas en función del lugar de implantación de la pieza. El conocimiento de los riesgos y su aceptación previa a la implantación pueden evitar sufrimientos innecesarios para el futuro portador de un piercing
ENVIADO POR: Romel Falcon Nina
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